miércoles, 14 de agosto de 2013

El murmullo de la ciudad



No se si son los muebles de la cocina, el ruido de fiesta del piso de arriba o la nostalgia de un futuro que hemos dejado escapar. No se porque esta luz tenue me recuerda a tu respiración entrecortada, ni porque en las paredes resuena tu nombre. Tampoco entiendo porque la soledad viene acompañada cuando es la ausencia de tu compañía la que me hace sentirme solo.


Y entre todos mis libros guardo una nota de una sola palabra. Y entre todas mis canciones recopilo los silencios. Silencios que uno es incapaz de escuchar. Silencios que preceden al sonido de tu ropa cayendo al suelo. Es el murmullo de la ciudad. Vidas que entran, vidas que salen. Gente que te hace parecer inteligente por muy gilipollas que seas. Un cónclave que se inhala bajo el susurro de sirenas que te transportan a un mar de mierda. Cajeras del supermercado enclaustradas en el intervalo que tarda en salir el ticket. 


Y donde estas tú. Donde esta la felicidad. Porque todo el mundo me engaña. Solo se trata de vender un discurso. Porque esta ciudad es idiota. Y lo he vendido ya tantas veces como llenado tu copa de vino.


No eres romanticismo. Ni eres madura, seria y adulta. Eres una pose artificial que se ha autoconvencido de la mentira. Y eso me convierte a mi en verdad. Y la verdad es que yo siempre he sabido quien soy, aunque nunca me ha hecho falta saberlo. Yo soy el murmullo de la ciudad.