viernes, 12 de abril de 2013

El Reloj de la Cocina



Como un cristal traslúcido, ventana a la memoria
abiertas las heridas que afloran entre la aguja
suspiros que se clavan, dagas en el laberinto
horas muertas viven el presente ya esta extinto

Extinto es el instinto de un abrazo inabarcable
con el pincel que pinto todo suena a miserable,
duele como un estigma y no hay consigna que me sirva
porque siempre es invierno entre las calles del enigma

Los pensamientos bailan en un suelo que tiembla
aunque cierre los ojos tan solo se ve la niebla

Es el escándalo de un grito que ya nadie escucha
serpiente sin cabeza que aunque muerta lucha

Es mi carcel de piel, nuestra eterna tregua
es mi luna de papel y nuestro trazo siempre mengua